El dolor humano que el corazón experimenta por la pérdida de un Padre, un fundador y, para muchos, de un gran amigo y confidente, no puede para nada obscurecer la alegría del don recibido con su persona, el ejemplo de su camino misionero, la fuerza de la pasión con la cual ha vivido su vocación. Ha querido asumir el papel de “siervo”, siervo en el sentido bíblico, es decir auténtico amante de Dios. Podemos aplicarle el título que él mismo ha querido que fuera la brújula que caracterizara el modo de vivir el Evangelio de los Misioneros Siervos de los Pobres: siervo de Dios, siervo de la Iglesia y siervo de los Pobres.
Concretizando el Carisma, a través del:
El Padre Giovanni Salerno nace en Gela (provincia siciliana de Caltaniseca, Italia). Sus padres eran Nicolás Salerno y Angela Legname.
El niño Giovanni tiene poco más de un año de nacido cuando Italia entra a participar en la II Guerra Mundial, al lado de la Alemania de Hitler.
El Padre Giovanni Salerno sueña con Santa María Madre los Pobres, la cual es representada con niños de los diversos continentes.
Hace su Primera Comunión a sus 8 años. “Aquel día yo pedí tres cosas: ser sacerdote, ser médico y ser misionero. Y el Señor me escuchó"
Giovanni, de 11 años de edad, ingresa en el Seminario agustino de Palermo. «¡Yo estaba feliz! Dentro de mí sentía que el Señor me llamaba a ser sacerdote».
Tres oftalmólogos coinciden en diagnosticarle una enfermedad que lo llevaría a quedar ciego dentro de unos pocos años. “Pero yo creía firmemente en mi vocación»
Estudia Teología en el Seminario Arquidiocesano de Monreale (Palermo)
El 23 de diciembre el P. Giovanni es ordenado sacerdote. Mi madre, al besarme las manos, me dijo: «¡Que estas manos puedan salvar a muchos niños!»
Teniendo siempre el deseo de servir a los pobres el Padre Giovanni inició sus estudios de Medicina misionera.
El padre Giovanni ante el pedido de su superior se ofrece como voluntario junto a otros siete para ir a la misión de Chuquibambilla en Perú.
Viaja a Perú. Llegado en territorio de misión, al ver la triste situación de los enfermos, el Padre Salerno comienza a fundar dispensarios.
Los niños de la cordillera vivían un verdadero “vía crucis”. Ante el cual, escuché en mi interior: «¿Acaso no te hice a ti para ayudar a estos niños?»
Recorre la cordillera andina a caballo evangelizando a tantos pobres que venían sedientos a escuchar la Palabra de Dios.
Inauguración del “Hogar Santa Teresa”. Yo tenía miedo de esa fundación, pero he tenido una visión del Niño Jesús que me decía: «Recíbeme en estos niños»
Se encuentra con la Hna. Lucía (pastorcita de Fátima) y con la Madre Teresa de Calcuta, quienes le animan a seguir adelante con la fundación.
Encuentro con el arzobispo de Toledo, Card. Marcelo González, quien le abrió las puertas de la diócesis y le animó a formar futuros sacerdotes.
El P. Giovanni es recibido en audiencia privada por el Papa San Juan Pablo II, quien me dijo: «¡Es realmente ‘Opus Christi Salvatoris Mundi!».
El Padre se dedica de lleno a su labor de ir dando vida al Carisma que Dios le inspiró, queriendo ser siempre fiel a la Iglesia.
El Padre Giovanni Salerno decide dejar el cargo de Superior General. Y se ofrece como voluntario para ir a Cuba.
El Padre deja Cuba y vuelve a Lima. De este tiempo, dice el padre: “paso la jornada rezando todo el día”.
"¡Ven a llevarme contigo, Madre Mía!" La Santísima Virgen queriendo cumplir ese deseo se lo llevó en sus brazos el primer sábado de mes.
Queridos, he recibido con inmenso gozo vuestra decisión de recoger recuerdos y testimonio de la vida de Padre Giovanni Salerno.
Orar por su alma y pedir a Dios que nos ayude a servir cada día más a los pobres es la mejor obra de caridad que podemos hacer