El pasado jueves 22 y el lunes 26 de diciembre se llevaron a cabo las clausuras de los colegios “Francisco y Jacinta Marto” y “Santa María Goretti” respectivamente. 

Fueron días impregnados de alegría, donde se pudo compartir con las familias, se premiaron a algunos niños y se reconocieron a aquellos alumnos que sobresalieron en la práctica de las diversas virtudes. 
 

La idea de fundar estos colegios, fue con la sencilla razón, no sólo de ayudar socialmente al Perú, sino de sembrar en el alma de cada niño, de cada joven, de cada chica, un deseo muy grande de santidad. 

Hoy en día se habla mucho de ayuda social a los pobres y en el pensamiento “políticamente correcto” son bien aceptadas palabras como “voluntariado”, “servicio social” o “ONG” pero lo que nosotros hacemos va más allá de todo ello, no es un simple servicio social, sino que deseamos continuar con la obra evangelizadora del mismo Cristo, quien entregó toda su vida por la redención del mundo, para salvar al hombre de sus pecados. 

De ahí, que nuestra misión principal como consagrados, no sea sencillamente la de ayudar a los niños a que aprendan matemáticas, lenguas, etc., sino que sientan que esa redención ha sido por cada uno de ellos, y, por tanto, puedan descubrir que son profundamente amados por Dios.