OCT 10, 2021
Durante este tiempo de pandemia, muchos niños en Perú (y no sólo en Perú) han sufrido las duras consecuencias de la misma, ya que, como siempre, los que más sufren las calamidades son los más pobres e indefensos.
A nuestro Hogar de niños pobres y huérfanos, llamado “Hogar San Tarsicio” últimamente nos han llegado varios niños con distintas situaciones de pobreza difíciles de imaginar.
Por ejemplo, uno de nuestros niños, llamado Anthony Ronaldo ha sido encontrado en las calles debajo de un puente. Primero, lo llevaron a un internado estatal, pero lamentablemente a los pocos días escapó del mismo. Con todo, por pura gracia y misericordia de Dios, creemos que su Ángel de la Guarda lo trajo a nuestro Hogar y ahora podemos cuidarlo con todo nuestro amor y cariño.
Se dice, por ahí, que nuestra oración debe “llenarse de rostros” y eso es lo que nos sucede cada día a nosotros “Misioneros Siervos de los Pobres”, ya que cada día ponemos a nuestros niños en la presencia del Señor y rezamos mucho por ellos, para que Dios pueda hacer cosas grandes y hermosas en estos pequeños.
Porque, aunque son pobres y desvalidos, poseen una gran dignidad, la dignidad de ser hijos muy amados de Dios.
Lo más hermoso de nuestra vida misionera es ayudar a los niños a descubrir que son muy amados por su Padre verdadero, que no es otro, que el mismo Dios y por su hermosa Madre María.
Les pedimos que recen mucho por ellos y por nosotros “pobres instrumentos de Dios” para que sepamos servir a los niños como lo que son: el rostro del mismo Cristo.