Es una alegría para nosotros el hacerles partícipes de que algunas jóvenes siguen deseosas de entregar su vida a Dios. En este caso, en el Hogar de nuestras hermanas “Misioneras Siervas de los Pobres" la Hna. Adelma, Grizaida y Janet han recibido el velo; y recientemente, las jóvenes Rosa María, Analucía y Ayde han tomado la cruz vacía (símbolo de la cruz que cada una debe tomar en medio del servicio y la entrega a los pobres), entrando a formar parte de nuestro aspirantado. 
 

No nos cansamos de pedirles a todos ustedes que nos ayuden a fomentar las vocaciones: en medio de sus familias, de sus barrios, de sus parroquias y comunidades. Debemos estar convencidos de la necesidad que el mundo entero y la Iglesia tienen de jóvenes entregados totalmente a la causa del Evangelio. 

“La Iglesia vive por sus ministros y consagrados y hay que ayudarla a tenerlos” (Extracto de la oración que los Misioneros Siervos de los Pobres rezan cada jueves en medio de la Adoración Eucarística, para pedir a Dios muchas y santas vocaciones)