ABR 11, 2025
Fieles a nuestro carisma de servicio y evangelización, los sacerdotes de nuestra comunidad continúan realizando misiones semanales en los pueblos más lejanos de Cusco, lugares donde pocas personas llegan y donde muchos han sido olvidados en su dimensión espiritual. Con un profundo sentido de entrega, llevan la Palabra de Dios, el consuelo de los sacramentos y la cercanía de una Iglesia que no abandona a sus hijos, recordando que la fe es un refugio y una fuente de esperanza para quienes más lo necesitan.
En estos lugares, la pobreza no es solo material, sino también espiritual, y es ahí donde nuestra labor se vuelve más urgente. Como Jesús vino a anunciar la Buena Nueva a los más necesitados y a sanar los corazones heridos, nuestros sacerdotes se esfuerzan por acompañar a cada persona en su camino de fe, brindándoles la oportunidad de reencontrarse con Dios y sentir su amor en medio de sus dificultades.
Cada misión es un testimonio vivo del amor de Cristo, una oportunidad para sembrar esperanza y renovar la fe en quienes, por diversas circunstancias, han sentido su espíritu debilitado. Confiamos en que este compromiso misionero siga siendo una luz en la vida de muchas personas, permitiéndoles experimentar la misericordia y el abrazo del Padre.