MAR 19, 2022
Hemos dado inicio a la Cuaresma y unidos al sentir de toda la Iglesia, consideramos este hermoso tiempo como el momento propicio para seguir caminando en el proceso de nuestra conversión.
Como religiosos “Misioneros Siervos de los Pobres” (MSP) realizamos los tres votos de pobreza, castidad y obediencia; pero a ello, se le suman dos hermosas promesas: la primera, en la que profesamos un especial amor a la Eucaristía y la segunda en la que prometemos tender siempre a una continua conversión. De esta última queremos comentarles un poco.
Los MSP nos sentimos pequeños ante Dios y la Iglesia, no buscamos el realizar miles y miles de tareas en las cuales puede ser que no esté presente Cristo y que nos busquemos a nosotros mismos; sino que deseamos, principalmente, adentrarnos en un camino de verdadera conversión, ya que somos conscientes que sólo si el Misionero está totalmente lleno del amor de Cristo, podrá ir verdaderamente al encuentro de los pobres.
Nuestra principal tarea como Misioneros es la de permitir que el Espíritu Santo obre en nuestros corazones, llevándonos a la semejanza con el corazón de Cristo. Debemos “tener los mismos sentimientos de Cristo” (Flp 2, 5) De ahí que la Cuaresma, sea un tiempo propicio para adentrarnos más en ese proceso de conversión.
Les pedimos que no se cansen de orar por nosotros, para que no nos convirtamos en simples funcionarios que cumplen tareas “evangelizadores” sino verdaderos amantes de Cristo y de María nuestra Madre, para que moldeados por el Espíritu Santo y caminando siempre hacia Dios Padre, busquemos llevarle muchísimas almas, no sólo la de los pobres, sino también la de todos ustedes quienes nos ayudan.
Dios les bendiga