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Un hermoso testimonio

AGO 10, 2021

Ángel Alberto Atiquipa Mayhua (27 años)

Hace cinco años Ángel era un joven sano, estudiante de la universidad en ciencias botánicas, a raíz de un accidente perdió la memoria, el habla, y quedó postrado en cama; la mamá, más que el papá, entró en un cuadro depresivo bastante grave porque Ángel es el hijo mayor, pues solo tienen dos hijos; después de varios exámenes médicos no dieron con el diagnóstico exacto, solo empeoró más porque le dieron medicinas psiquiátricas. Al no ver mejoría alguna dejaron de lado las medicinas, y se encomendaron a Dios, cuenta la señora que se encontraba muy desesperada y tomó la decisión de huir y abandonar su familia.

Estando en esta situación, un día del mes de mayo se encontró con las Hermanas Misioneras Siervas de los Pobres, las invitó a su casa, les contó sobre su situación y les confió su desesperación, y recordó que de niña ella había crecido en casa de religiosas en Lima y cuando tenía alguna necesidad acudía a las religiosas. Después de escucharla rezaron juntas y encomendaron a Dios toda su familia, poco después con ayuda de las hermanas sus hijos se acercaron a los sacramentos del bautismo y de la primera comunión, y desde entonces, Ángel mejoró bastante: camina, come solo y recuperó el habla no del todo, pero ya se le entiende, le gusta leer y dibujar.

Ahora viene a la Adoración Eucarística todos los jueves, acompañado de su papá, reza el Rosario, canta y sigue las oraciones al estilo de san Francisco Marto (repite después de nosotros todo lo que escucha).

Sus padres se están preparando para el sacramento del Matrimonio, quiera Dios que lleguen a feliz término.