Testimonio Jhon Max Begoa

“Estuve 8 años en el Hogar San Tarsicio, allí conocí a Dios y aprendí el significado de la palabra “compartir.”

Mi nombre es John Max Begoa Sotelo. Tengo 29 años de edad, y he sido parte de esta gran familia de los Misioneros Siervos de los Pobres, desde 1997 hasta el 2005. He estado ocho años en el Hogar, en el Comedor, en el Colegio y en los Talleres, en realidad, ha sido como estar dentro de una gran familia; ¡me ha servido mucho!

En los talleres he aprendido muchas habilidades y competencias técnicas que me han ayudado desde ese momento hasta el día de hoy a poder desarrollarme personal y profesionalmente. Al mismo tiempo, cuando estaba dentro del Hogar he sido parte del Internado; dentro del Internado hemos aprendido el significado de la palabra “compartir”, ya que todo lo que entraba en el Hogar lo compartíamos entre todos los Internos (niños que viven en nuestro Hogar, ya que no tienen quién les cuide), por lo que, si entraba un caramelo, ese caramelo teníamos que saber dividirlo entre todos… en fin, todo ello me ha ayudado a crecer en valores.

Cuando era niño mis padres no tenían los suficientes recursos, además mi mamá falleció cuando era pequeño, por lo que dicho acontecimiento propició mi entrada en el Hogar y con ello, en el Colegio del Movimiento donde cursé hasta terminar mi Secundaria.

Dios es un pilar fundamental en mi vida, para guiar y encaminar mi vida para poder hacer las cosas bien.

Hay una cosa que me queda profundamente grabada: esa unión como familia, donde todos nos dábamos la mano, donde todos éramos una sola persona y teníamos que saber el verdadero significado de la palabra compartir.

Todo lo que aportan, las personas que ayudan a los Misioneros Siervos de los Pobres, sea un granito de arena o una tonelada de arena, va sumando y al poder recolectar todo ello, se posibilita la facultad de brindar una calidad de vida a los que están dentro del Hogar, a los que estudian en el Colegio, a los que asisten a los talleres. Yo les pido que sigan apoyando a tanos niños, a tantos pobres, igual que a mí en ese entonces, porque todas esas ayudas posibilitan que nos formemos como buenas personas y profesionales.

Ahora yo soy profesional, soy licenciado en Administración de Empresas y también soy bombero voluntario. ¡Muchas Gracias!  

Ahora yo soy profesional