“Mis padres tenían necesidad económica, no tenían a quien recurrir, buscaron ayuda, y en el Movimiento la encontraron”
En esta oportunidad tengo el grato honor de dirigirme a ustedes y decirles algunas palabras sobre mi experiencia en el Movimiento de los Misioneros Siervos de los Pobres, sobre el cómo llegué, cómo viví dentro de éste y después, lo que actualmente hago desde que salí.
Yo llegué al Movimiento porque mis padres tenían necesidades económicas, no tenían trabajo, y al no tener a quien recurrir, buscaron una ayuda, y en el Movimiento la encontraron. Estuve desde los siete hasta terminar quinto de secundaria, aproximadamente hasta los 16 años. En el internado estuve hasta primero de secundaria (hasta los 12 años), a partir de ahí, salí del Internado, pero continué asistiendo al Colegio del Movimiento, como estudiante externo (es decir, que vive en sus padres y asiste al colegio). Después logré obtener una beca para estudiar en un instituto, estudié todo lo concerniente al “Procesamiento de alimentos” y terminé satisfactoriamente mis estudios en dicho centro técnico.
Ahora sigo con deseo de estudiar, de hecho, estoy estudiando en la Universidad la carrera de Ingeniería Civil, y ¡estoy dando todo!
Me siento muy agradecido por el apoyo grande que he recibido por medio del Movimiento.
Claro perdí muchos amigos por el tipo de enseñanza que recibí en el Movimiento, porque “allá afuera” (referido al espíritu mundano) es otro mundo. Alguna vez logré conversar con P. Giovanni y me dijo que “allá afuera” es Sodoma y Gomorra, entonces me puse a pensar en eso, y siempre trato de pensar en ello y aplicar lo que es correcto.